lunes, 6 de julio de 2009

Correr es de cobardes

Lo confieso, estoy entrenando para ser uno de ellos, quiero ser un gran cobarde, quiero pertenecer a ese grupo de pusilánimes que forman los que se dedican a practicar este deporte. Estoy de acuerdo con la afirmación y, para ilustrarla, voy a poner dos ejemplos (de los muchos que hay) de grandes "cagaos"

Primeros cobardes: Dick y Rick Hoyt son padre e hijo que corren juntos, hasta aquí una historia como hay muchas, la diferencia de otras historias es que el hijo no puede caminar ni hablar (tiene parálisis cerebral), de manera que el padre va empujando una silla de ruedas. Han realizado numerosas maratones, carreras de montaña y lo más sorprendente, IRONMANES (3800 m de natación, 180 km en bici y 42,2 km corriendo). En natación va arrastrando una balsa con el hijo, después termina la prueba de bicicleta y huye, el muy cobarde, corriendo la maratón. Aquí tenéis el enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=zbXwlgjZ1oY

Segundo cobarde (no comparable, pero sí admirable): En mi grupo de los paquetes hay un compañero que se levanta a las 05:30 de la mañana para poder entrenar, después le espera un día de intenso trabajo y encima tiene tiempo de atender a la familia

¿Algún valiente que se atreva a intentarlo?. ¿Me dejarán pertenecer algún día al grupo de cobardes?

1 comentario:

  1. Soy otro cobarde...
    Sobre los primeros cobardes que escribes, siempre que veo los premios del deporte (por ejemplo el Príncipe de Asturias) pienso si estas personas no se lo merecen más.

    Del segundo cobarde es admirable desde luego pero creo que no tiene blog...

    Espero seguir disfrutando en este sitio de tus experiencias y de tu humor
    Saludos, Jose. Desde el Corredor del Cañamares.

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